El pasado viernes un grupo de amigos de Ibiza se encontraba celebrando la despedida de soltero de uno de ellos. Después de un día de Karts, Paintball y puenting, el núcleo se preparó para ir de fiesta, pero todo se truncó después de que dos integrantes del grupo compraran LSD “para amenizar la noche”, según confesaron posteriormente. Y lo remataron echando a escondidas en las copas de algunos de sus colegas.
A las pocas horas, cuando todos se encontraban en la cúspide del colocón, el hermano del novio, Alberto Lafuente, de 26 años, cayó al suelo desplomado, perdió la consciencia y comenzó a convulsionar en medio de la pista. Mientras llegaba la ambulancia el joven comenzó a reproducir palabras en latín con un tono muy agresivo a la vez que emitía todo tipo de mensajes satánicos y vomitaba sin parar. “Parecía que estaba poseído por Lucifer” confesó uno de los testigos.
Otro presente contó que el muchacho no paraba de gritar violentamente en Latín “Eram quod es, eris quod sum”, que significa (“Yo era lo que tú eres; tú serás lo que soy”). En uno de los videos se ve como sus amigos le abofetean en repetidas ocasiones a la vez que le vierten agua por el rostro para que vuelva en sí, pero lamentablemente no hubo manera y el adolescente seguía convulsionando y con los ojos en blanco.
Alberto fue trasladado de inmediato al hospital más cercano, donde se le indujo el coma para evitar males mayores. El cuadro medico informó a sus familiares que había sufrido una sobredosis de LSD. Finalmente se pasó toda la noche en el hospital y durante muchas horas se temía lo peor, pero para sorpresa de todos los médicos se despertó a las 12 de la mañana del día siguiente, se quitó todos los aparatos y comenzó a correr por el pasillo mientras gritaba de nuevo en latín, “Nemo patriam quia magna est amat, sed quia sua” , que significa (“Nadie ama a su patria porque ella sea grande, sino porque es suya”). Algo extraño en él, ya que según su entorno no tiene ni la E.S.O, y se pasa el día fumando petas y jugando al Fifa.
Después de pasar 3 días en el Hospital Alberto aun es incapaz de hablar en castellano, y sus familias han tenido que contratar un traductor por horas para comunicarse con él cuando le visitan. En estos momentos se encuentra estable pero seguirá ingresado hasta que su cuerpo elimine completamente el LSD.
Según el director del hospital, Hilario Munarriz, es muy probable que el LSD haya destruido las células del cerebro que se encargan de memorizar el lenguaje. Respecto a la capacidad de reproducir un idioma jamás aprendido el doctor ha querido explicar que no se sabe muy bien porqué, y afirmó que todas las hipótesis siguen abiertas. “Aun faltan informes, nos hemos quedado sin toner” dijo.